viernes, 10 de julio de 2009

CAMINO EN LA CUERDA FLOJA


Todavía estoy aquí.
El balanceo sigue.
Boca seca,
transpiro helado.

No puedo acordarme de qué me dijiste ese día, solo recuerdo el cigarro inquieto en tu mano, que con movimientos bruscos desplazabas de lado a lado mientras tu voz sonaba como música de fondo y la ceniza caía en mi alfombra. Yo solo tengo tu imagen enajenada, tus ojos fijos en mi boca y los míos en la tuya, esperando tranquila a que dejaras de hablar.

Ahora camino un paso más.
Me tambaleo un poco,
pero mis manos logran reestablecerme en la posición inicial.
Respiro profundo. Lágrimas.

No puedo recordar por qué viniste, ni por qué te abrí la puerta. No lo pensé, solo quería que estuvieras ahí. Llovía fuerte, eso sí lo recuerdo. Tu pelo estaba mojado y tu piel blanca como nunca la había visto. Ese día no tenías colores.
Entraste rápido, sin mirarme, y te dirigiste directamente a la mesita junto al sillón. Sentí un vientecito con una mezcla de tu olor y frío. Buscaste el encendedor.

Decido dar un paso más.
Mi cuerpo se va hacia delante,
pero alcanzo a inclinarme hacia atrás.
La cuerda se inquieta.
Vapor de agua sale de mi boca.
Nuevo equilibrio.

No recuerdo en qué minuto me aburrí de esperar a que te callaras. Pero el impulso que me hizo taparte la boca con la mía, de eso sí me acuerdo. Tus ojos parecieron recobrar el color y mis oídos quisieron escucharte ahora.

Mi pie izquierdo se aventura.
El derecho se extiende hacia el lado.
La cuerda tiembla, me balanceo. Desesperación, frío.
Mis brazos enloquecen por un minuto.
Me canso,
pero te veo.
Cambio de pie. Resisto.

3 comentarios:

  1. Jugar a bancarse el peso del cuerpo con un solo, tan sólo uno, de los pies. Porque las extremidades estàn haciendo el tràmite del olvido.

    Saludito.s

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  2. Gracias por tu comentario Xaj! me gusta lo que escribiste..
    Muchos estamos o hemos estado en la cuerda floja.
    Saludos para ti también!!

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  3. Maravillado por la pasión de tu letra, "te miro de cara al cristal empañado por vuestro aliento, cual respiro fuerte soy testigo... Inquieta no claudicas, mas yo fraguo, incesante inquietud nueva de librar vuestro hastió. No recuerdo haber conocido, tal presencia haber yo vivido"

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